A finales del invierno, cuando el frío aún acaricia nuestras calles, en los campos del Mediterráneo sucede algo extraordinario. Entre las hojas verdes y brillantes, aparece en Naranjas Ribera del Júcar una de las joyas más esperadas de la temporada: la navelate.
No es una naranja cualquiera. Es de las últimas en madurar. Durante meses, el árbol la ha protegido, permitiendo que su pulpa absorba cada rayo de sol y se impregne de un dulzor único.
Los antiguos agricultores decían que la navelate es paciencia convertida en sabor. Y tenían razón.
Un placer reservado para quienes saben esperar
La piel de la navelate de Naranjas Ribera del Júcar es fina y delicada y esconde una pulpa realmente jugosa, con un equilibrio perfecto entre dulzura y frescura. Te transporta a los sabores auténticos, esos que únicamente se encuentran en la naturaleza cuando se respetan sus tiempos.
¿Por qué es tan especial?
✔️ Una de las últimas naranjas de la temporada, con una maduración lenta y perfecta.
✔️ Sabor dulce y sofisticado.
✔️ Fuente natural de vitamina C, fibra y antioxidantes.
✔️ Recolectada en su punto óptimo

De nuestro huerto a tu mesa . Sólo cosechamos las mejores naranjas para que las disfrutes en la comodidad de tu hogar.
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Exclusividad, paciencia y sabor. Esa es la esencia de nuestra navelate. Sólo en Naranjas Ribera del Júcar